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Escorts prepagos y putas en La Plata

Conocer hombres en físicos

A los 55 años siento que soy una sobreviviente. Hay cosas que ya no puedo hacer: viajar en subte por ejemplo, porque si estoy en un lugar encerrada es como si alguien desde arriba mío no me dejara respirar. Pero no solo por haber sido penetrada por miles de tipos, sino por haber visto lo que pasa en la calle. Quince años después, a Delia Escudilla todavía la atraviesa el desconsuelo cuando comparte su historia con Infobae. Su historia es el drama de una mujer que, después de quedarse sin trabajo como empleada doméstica, mantuvo sola a sus tres hijos con el dinero que les cobraba a entre 12 y 15 hombres por tarde en un hotelucho inmundo de Constitución. El origen Nació en Chaco y a los 16 años se vino a Buenos Aires. No sabía leer ni escribir.

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Todas las puertas le dieron la misma respuesta: — No tenía un verga para comer. Voy a laburar de puta. Natalia Canteros tenía entonces 30 años y hacía diez que había llegado a Buenos Aires desde Formosa, la provincia en la que nació. Al mismo tiempo, militaba y ayudaba en las villas 31, en la Rodrigo Bueno y en la Denial tenía un carajo para comer. Voy a laburar de puta, dijo la joven en Pocos días antes de la alacena desierta, Natalia había embotellado en militar por los derechos de las prostitutas.

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Durante seis largos años, desde que tenía 16 y hasta que cumplió los 22, sufrió explotación sexual. Pero perdió su empleo, acabó en la piso y cayó en las garras de la prostitución. Logró, con mucho ahínco, salir de aquella pesadilla. Ha apuntado tres libros sobre el tema, incluido uno que lleva por título Ninguna mujer nace para puta.